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Mostrando entradas de octubre, 2010

Excomunión

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“Aquesto dixo el ebrio una vegada Aquesto dixo con su voz cansada Aquesto dixo por la madrugada. Yo dello non sé nada” León de Greiff Ya no quiero salvar a este mundo desdeñoso, de modo que libero a los incautos que gané para mi causa improbable. No les conviene tener trato con un hereje pero aun así les digo: desconfiad, como el maestro Estanislao Zuleta, “de las mañanas radiantes en las que se inicia un reino milenario”. Fui abogado de negocios sin futuro con el mismo candor de San Nicolás de Tolentino patrono de las almas en pena; mas hoy mi vocación se desparrama como el mercurio de un termómetro roto. Muté en un endriago inestable, volátil y aleatorio como un dado, con vocación de eremita en tránsito al purgatorio. Hoy me entrego, sin más, a la blandura perniciosa del anatema para escándalo de la grey y complacencia del maligno. Al fin y al cabo “lo que es esencialmente malo jamás dejará de serlo”, Pontifican los curas. Me excomulgarán entonces bajo pe

Recetario del rebusque VIII

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SALPICÓN CALENTAO Como se dijo en el recetario anterior, don Quijote de la Mancha comía calentao en las noches. Y aunque no es mi intención banalizar el menu de este hombre extraordinario, que al fin de cuentas también era un peatón -en el sentido existencial que hemos querido darle a este blog- el salpicón de que trata el capítulo primero de la novela cervantina no es otra cosa que un guiso de sobras, un modesto calentao . Más no por ello deja de ser, a mi juicio, el más sublime de todos los platos. Con el guiso de sobras pasa como con la guisa (así se le dice por acá a una cocinera), señora de los pensamientos del Caballero de la triste figura, me refiero a una tal Aldonza Lorenzo, quien por humilde no era menos suculenta. Y si no, que le pregunten a los encopetados socios del Gun Club de Bogotá cuál es plato más famoso del restaurante de su corporación privada: el calentao . Muy seguramente estos pretenciosos sujetos, cansados de la comida equilibrada, aséptica y aburrida

En Cartagena venden minutos en el celular más caro del mundo (Crónica ficticia pero factible)

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El aparato, el más caro del mundo según el despacho noticioso, es un I Phone 4 Supreme Diamond Rose, que, como afirma su diseñador inglés, Stuart Hughes, cuesta ocho millones de dólares. El celular en cuestión fue comprado por un multimillonario que prefiere mantener el anonimato, no se sabe si por pudor ante su evidente extravagancia, o por temor a la codicia que pueda suscitar entre los amigos de lo ajeno. El hecho es que el multimillonario de marras ha llegado a Cartagena de Indias con todo y su celular empedrado (porque tiene incrustados 500 diamantes que suman más de 100 kilates) en viaje de turismo sexual. Los magnates, generalmente excéntricos, tienen gustos ídem; de manera que pide a su proxeneta de confianza que le traiga una virgen de trece años. El encargo llega sin demora a la suite presidencial de su hotel de lujo ubicado dentro del “Corralito de piedra”, donde el sujeto satisface su ímpetu lascivo para dormirse luego. Pero su víctima inocente se encapricha con el