Divine children trademark (R)
"El Consejo de Estado
negó las pretensiones de la Sociedad Salesiana Inspectora de Bogotá, que
buscaba registrar como marca la imagen del Divino Niño Jesús"
(www.dinero.com, mayo 24/12)
Aunque soy pesimista, compro lotería de vez en cuando. La razón, no la sé. O, “sí la sé, mas no la digo”, como en el ritornelo del poeta De Greiff. Lo cierto es que al doblar el billete y guardarlo en el bolsillo siempre le prometo a Dios que si me llego a ganar cualquier premio, así sea un “seco”, donaré la mitad del importe a la obra del padre Javier De Nicoló. Y es que éste buen salesiano de la estirpe de Don Bosco –que Dios guarde para siempre-, ha hecho más por la niñez desamparada de Bogotá durante los últimos cuarenta años, que todos los gobiernos de la ciudad en su historia republicana. Dios, sin embargo, que sus razones tendrá para no confiar mucho en el suscrito, destina sus milagros por demanda a mejores causas.
Hago esta disparatada
introducción para referirme a la comunidad de los padres salesianos, y resaltar
su obra magnífica en beneficio de la juventud, ya no digamos bogotana, sino
colombiana, desde su establecimiento en el país a finales del siglo XIX. De
ello dan cuenta más de cincuenta encomiables instituciones entre educativas y
religiosas diseminadas en el territorio nacional. Los colombianos le debemos
agradecimiento enorme a la Sociedad de San Francisco de Sales.
Ahora bien, frente a este
panorama de servicio desinteresado digno de admiración, nos llama la atención
el hecho, acaso banal, de que una de sus obras cristianas, la del Santuario del
barrio “Veinte de Julio”, en Bogotá, hubiera tenido la pretensión terrenal de
registrar como marca la imagen del “Divino Niño Jesús” ante la Delegatura de
Propiedad Industrial de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC por su
sigla). Es decir, como sucede con las marcas “Adidas” o “Nike”, sin ir más
lejos.
Curioso esto de registrar la
marca de una imagen objeto de veneración. De hecho, una de las razones que tiene
un industrial para registrar su marca, es que los eventuales clientes
identifiquen su producto y lo recuerden “de forma que puedan diferenciarlo
de uno igual o semejante ofrecido por otro empresario” (en términos de la SIC). Más, pretender registrar una imagen religiosa
objeto de culto popular, me parece una exageración. O dicho de otra manera,
resultaría bastante prosaico que los feligreses prefirieran comprar la imagen
del “Divino Niño del 20 de Julio” en lugar de la del “Niño Jesús de Praga” por
cuenta de un marca industrial, de una devoción registrada. "Cocacola" o "Pepsicola".
"Mercedes Benz" o "BMW".
Yo no me hallo comprando en
los toldos de la calle veintisiete sur la imagen pirateada
del Divino Niño. ¿Qué sucedería entonces?, ¿dejaría de cumplirse mi petición
por la carencia de méritos de una infancia apócrifa? No entiendo. Tampoco me imagino la congestión que
habría en los despachos gubernativos competentes, si a las comunidades
religiosas se les ocurriera un día registrar como marcas industriales, pongamos por caso,
las imágenes de las once mil advocaciones de la Virgen María.
Al Divino Niño, como a los
niños geniales, le acontece en este caso que sus padres orgullosos pretenden
administrar su talento con la mejor buena voluntad, pero no siempre con
acierto. Justifican su fallida pretensión los nobles salesianos del Santuario
del 20 de Julio (según la nota de prensa), aduciendo que “demandaban tener el control de la imagen y así defender su significado
religioso y evitar que se utilizara indebidamente o atentando contra la moral y la fe cristiana". Sin
embargo, tal medida sería inane para evitar el mal uso de la imagen del Divino
Infante. El niño sonrojado y regordete de los brazos abiertos, “el amigo que
nunca falla”, ha trascendido desde hace más de un rato las fronteras del culto
religioso para convertirse en un ícono de la cultura popular.
Convendría más a los
salesianos del Santuario del 20 de Julio seguir propagando la devoción al
Divino Niño con su inveterado ejemplo de solidaridad y servicio (o caridad
cristiana, como la quieran llamar), en lugar de acudir al expediente metalizado
y capitalista de la propiedad industrial.
(Créditos foto: www.ucrostravel.info)
He quedado anonadada................
ResponderEliminarTal vez, y con todo respeto, el saleciano que tuvo esa idea habia escuchado a alguno de nuestros politicos, digo los de este terruño donde vivo, que se levantan con una idea y zás creen que invetaron la lamparita electrica.
Y querido amigo, con todo respeto pienso, que empiezan a tener sintomas de "arteriaclorosis" no???
Un abrazo y deseos de fin de semana venturoso dejo por acá.
Estoy de acuerdo contigo, Abu. Con esa pretensión tan disparatada si "mostraron el cobre" (como decimos por acá)
EliminarTienes razón, convendría más... y razonablemente la cosa quedará en la intención y la pura anécdota y no irá a mayores, pues la Iglesia en general, y la familia salesiana en particular no se caracterizan por polémicas al uso, aunque también hay que decirlo, tampoco suele disculparse por sus meteduras de pata y errores varios... aquí en España (en Italia también) la imagen que venera la familia salesiana es la de Mª Auxiliadora, que es una Virgen que tiene a un niño cogido en brazos y efectivamente ese Niño Jesus tiene los brazos abiertos, cual fiel amigo (ayer precisamente fué la procesión de Mª Auxiliadora y de don Bosco. En Sevilla hay tres colegios de Salesianos, que los 24-mayo celebran la festividad de su Virgen y que entre otros actos, hacen las correspondientes procesiones por sus barrios: Triana, Nervión y La Ronda).
ResponderEliminarY si en Bogotá la polémica está en la imagen del Divino Niño y el SIC, en España está con la pretensión de que la Iglesia pague el IBI (impuesto de bienes inmuebles)... y ya sabes, unos, que debe pagar como cualquier contribuyente propietario de inmuebles, otros, que no, que ya paga indirectamente con tantisimas obras de caridad y sociales que hace en sustitución de un gobierno incompetente... y todos, -aquí y allá-, comprando loteria por si acaso (y ojalá) nos tocase un pellizquito a compartir.
Mil besitos gordotes
Te voy a anotar, Alicia, en mi lista de beneficiarias de la lotería del ensueño.
Eliminar¡Cuanta gratitud debemos tener con la iglesia católica!
ResponderEliminarDime si no: Mi querido México tuvo la dicha de ver nacer en el estado de Michoacán a una de las más ilustres y caritativas figuras de la Santa Madre Iglesia: El santo padre Marcial Maciel, fundador de "Los legionarios de Cristo", institución que se diseminó por 19 países ¡Cuanta bendición!
Bueno...eso que dijeron de que el padre Maciel fue un pedófilo, que tuvo varios hijos, que usaba Demerol y otras drogas y no se que otras cosas, no fueron más que calumnias.
Tan es así, que el mismísimo Juan Pablo II, lo acogió en sus brazos con mucho amor, que siempre gozó de cuanto privilegio le otorgó la iglesia y que murió siendo sacerdote, y sin que nunca le hayan sacado sus trapitos al sol.
El juicio posmortem , ya fue otra cosa. ¡Bola de mal pensados!
Te quiere tu tía: Doña Ku
Si, tía Ku. Sin contar la historia negra de la "Santísima Inquisición" y otras "bendiciones" de la misma estirpe que planteas en tu, deliciosamente sarcástico comentario, amén de las pretenciones mercantilistas de que me burlo en el post. Todo esto, en efecto, empaña la labor de muchos sacerdotes (excelentes personas ante todo) que como el padre Javier de Nicoló protegen (ellos si) la niñez vulnerable, o el Padre (otro Javier) Giraldo, jesuita perseguido y amenazado por seguir la causa de los pobres y despojados. Tienes razón: debemos juzgar sólo por las obras y no caer en la trampa de las generalizaciones.
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