Manuel Ancízar, bicentenario de un viajero impenitente

(Puente colgante sobre el "río de oro", Girón, Santander, Colombia. Foto de H. Darío Gómez A.)


"Detrás de mí dejaba a Bogotá y todo lo que forma la vida del corazón y de la inteligencia: delante de mí se extendían las no medidas comarcas que debía visitar en mi larga peregrinación".

Manuel Ancízar, "Peregrinación de Alpha"

No podía dejar pasar desapercibido, sin cargo de conciencia, el bicentenario del nacimiento de don Manuel Ancízar (Fontibón, Cundinamarca, 1812), científico y humanista, pero sobre todo viajero curioso que recorrió gran parte del suelo patrio a caballo, a lomo de mula -y a pie, cómo no-, para hacer un levantamiento de la geografía económica, cultural y social de la incipiente república de la Nueva Granada, amén de sus actividades como periodista, diplomático, jurista, fundador y rector de universidades. Pero es su faceta de viajero impenitente la que hoy quiero resaltar en este blog, por considerarlo colega, no obstante mi humilde condición de peatón.

Baldomero Sanín Cano –otro gran humanista colombiano- afirmó  alguna vez que se puede conocer la naturaleza de la raza humana haciendo el análisis literario y filosófico de unos cuantos libros de viajes. Quizás don Manuel Ancízar comprendió, mucho antes, que era necesario acometer personalmente esos viajes para conocer de primera mano las inquietudes, esperanzas y aulagas de un pueblo rural que -en el año del señor de 1850- se asomaba despistado a la vida republicana. Y como prueba de su trabajo enjundioso, que realizó merced a su participación en la Comisión Corográfica bajo la dirección de Agustín Codazzi -errante también-, nos dejó un libro de crónicas que dio en llamar “Peregrinación de Alpha”, cuya lectura recomiendo a los amantes del terruño.

Su periplo científico se inició en Bogotá y se extendió a las provincias del altiplano cundiboyacense, Santander y parte de la cuenca media del río Magdalena. Ancízar  incluyó en su obra descripciones casi fotográficas del paisaje, los usos, la orografía, la hidrografía, la música, las comidas, la arquitectura, en fin, de la agricultura y el comercio. Acaso quería replicar, a su manera y en palabras escritas con todo el rigor científico, el mapa fidedigno del territorio, como sucedía con los cartógrafos perfeccionistas del relato de Borges "que levantaron un mapa del imperio que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él".

Sin embargo -da vergüenza reconocerlo-, su nombre es poco conocido en Colombia. En nuestras escuelas no se enseña su legado a la geografía económica, social y cultural del país. Su vida fue una lección permanente de rectitud, generosidad, modestia, pensamiento crítico y tolerancia. Sus aportes a la ciencia y a la cultura nacional, innumerables. Con todo, este ilustre varón, el "Serenísimo Gran Maestro", pidió a sus familiares que, llegado el momento del viaje sin regreso, no lo inhumaran en un mausoleo. Fue plantado sin ceremonia el 22 de mayo de 1882 –como un árbol venerable y sabio- en una tumba discreta del cementerio central de Bogotá, lejos de ostentosos personajes y políticos roñosos, es decir, como corresponde a un hombre decente. 

De vez en cuando visito su tumba para contagiarme de su sapiencia e inspirar mis pies, ávidos de kilómetros, con el espíritu libre de sus zapatos gastados de viajero impenitente. 


Comentarios

  1. Hermoso y sentido homenaje realizas a un hombre de inquietudes reales y que sabia la importancia de ver las cosas in situ.
    LLegarse hasta dominios virgenes y recrear su entorno.

    Soy profunda creyente de la necesidad del traslado de las personas para su mejor comprension y entendimiento, el conocimiento daria mayores resultados de solidaridad y adhesion.

    Cariños

    PD gracias por tus palabras que como regalo las recibo en mis rimeros 70!!!!!!

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  2. Si, querida Martha. El maestro Ancízar aportó muchísimo a nuestra patria. En Colombia sólo la Universidad Nacional (de la que fue uno de sus fundadores y además el primer rector) le ha rindido homenajes, bautizando uno de sus edificios con su nombre, y con una cátedra muy interesante.

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    1. Es digno de los sers humanos dar cabida a recuerdos de personajes importantes en la vida de sus gentes.

      Cariños

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  3. me uno al homenaje a este gran hombre de su pueblo y humanidad...
    por este país hay muchos desconocidos históricos, pasa que no son útiles sus normas de vida a la corrupción, saludos querido Peaton

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    1. Fíjate, amiga, que por estas tierra estuvo también, durante la primera mitad del siglo XIX, un paisano tuyo, don Miguel Cané (ilustre diplomático argentino), que nos dejó unas crónicas muy interesantes de sus viajes por Venezuela y Colombia. Saludos, querida Amalia.

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  4. Esta bien dar a conocer a estos grandes hombres, tan humanistas y llenos de sabiduria porque saben recogerla de su entorno, no siendo indeferentes a nada de lo que observan y a nadie de los que conocen en sus periplos viajeros. Viajar es más que pasar por diferentes lugares, es retener la vida y ls enseñandas de los que moran en cada uno de esos lugares.
    Un afectuoso saludo.

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    1. Así es, querida Chela. Mi admiración por Manuel ancízar no podía dejar pasar la efeméride. Un cordial saludo, amiga.

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  5. Darío: Pues estoy de acuerdo con nuestra amiga Amalia, en cuanto a homenajear a quienes lo merecen.
    Ojalá y se reconociera a quienes hacen verdaderas hazañas.
    Pues quienes trabajan honradamente en favor del ambiente y la humanidad, pasan desapercibidos.
    Tratemos de contrarrestar la excesiva propaganda a los narcotraficantes de nuestros respectivos países, ya que acaparan los titulares y como si pagaran tiempo de la tv, aparecen a diario robando cámara. ¡Que manera de trastocar los valores!
    Saludos de tu indignada tía: Doña Ku

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    1. Me uno incondicionalmente a tu campaña. Finalmente tu y yo y nuestras respectivas patrias son almas gemelas en muchos aspectos. Un besote, mi tía virtual predilecta.

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  6. Te envío en alas de las nubes la brisa y la esencia de esta mañana, que nos envuelve en sus hojas con surcos de melodías, para endulzar las razones del pensamiento.

    Un abrazo breve pero sentido
    para iniciar la semana
    con afectos presenciados.

    Atte.
    María Del Carmen



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    1. Gracias, María del Carmen, por colorear de poesía este espacio, a veces tan árido. Tus visitas son siempre muy refrescantes. Un beso.

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  7. Hermosas tus palabras para Ancízar, del que confieso no había oído hablar hasta ahora, aunque eso sí, no me ha sorprendido nada lo que dices de que es poco conocido en Colombia, pese a su legado... ya sabes Darío, aquello del nadie es profeta en su tierra, ocurre en todos los lares... yo vivía en una calle que se llama Celestino Mutis, y una vez, en una de esas eternas reuniones de vecinos, se me ocurrió hacer una referencia al personaje de nuestra calle, !y nadie sabía quien era Celestino Mutis!, ahora, vivo en una que se llama Camilo José Cela, fíjate que es premio nobel, pero en otra tediosa reunión de vecinos, nadie supo decirme un solo título de alguna novela suya !triste, verdad?!... por cierto Darío, coincidencia de las coincidencias, nuestro maestro nació el mismo año de la constitución de La Pepa (buen año para cargarse los pulmones y hasta el alma, de sueños, de libertades, y de caminos)

    Mil besitos gordotes

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    1. ¡Ah, caramba!, mi dulce Alicia. Estoy seguro de que tu espíritu libertario y valiente, así como tu pensamiento crítico se deben, en parte, al influjo de don José Celestino Mutis, ilustre español que nos dió las luces de la libertad con su extraordinaria "Expedición Botánica", verdadera revolución cultural. Otra hermosa coincidencia, como la de "La Pepa" y don Manuel. ¡Que agradable es tenerte por acá, amiga! Un besote.

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