Agradecimiento de un troglodita
Soy un
recién llegado al mundo esotérico del blog. Y como a todo neófito le ocurre, la
ignorancia supina me impide entender que escribir para un blog no es lo mismo
que escribir textos para ser leídos en papel, menos aún la aburrida prosa
jurídica que a diario debo machacar por razón del oficio. Sin embargo, mi joven amiga Licuc,
excelente “bloguera” si se me permite el término, me hizo caer en cuenta de mi
error de una manera franca, leal, digamos, descarnada (sin considerar las
sutilezas debidas al medio siglo de edad que llevo encima), cuando me dijo
que mi blog es interesante, pero los textos son a veces muy pesados, más adecuados, a lo sumo,
para las publicaciones tradicionales. Me indicó asimismo que debía cambiar la
plantilla con fondo negro que tenía, pues “es horrible leer letra clara
sobre fondo oscuro”. Eso ya se hizo. Finalmente me aconsejó incluir información
audiovisual, uno que otro podcast, por ejemplo. Lo intentaré. Por lo demás, sobra decir que acaté a rajatabla sus valiosas recomendaciones,
sin que ello garantice mi permanencia en el ciberespacio, menos todavía cuando me
advirtió que en este medio uno dispone de tan solo cinco segundos, ¡cinco
segundos!, óigase bien, para cautivar a los visitantes, es decir, para que
estos decidan continuar o no la lectura del blog; y la verdad sea dicha, yo no
me ayudo mucho con la fotografía del inicio donde aparezco como un troglodita
divagando. Quizá eso explique la baja tasa de visitas.
Pero algo he
aprendido. Se me ocurre que en el blog, como en el cine, los textos deben
parecerse más al “storyboard” o guión gráfico, donde prima lo visual de la
escena y de la secuencia. En tal virtud, el blog deberá tener mayor cantidad de
estímulos visuales y auditivos aprovechando la tecnología disponible. Lo intentaré, lo prometo.
De manera
que si no quiero convertirme en una suerte de protomártir de la ciencia
experimental del blog, debo ponerme a tono con las nuevas tecnologías, para lo
cual cuento por fortuna con la tutoría de amigas como Licuc, cuya desinteresada
ayuda motivó el presente agradecimiento.
(creditos de la foto: www.morguefile.com)
Jajaja, Darío,me encanta que seas troglodita, ya que no trago a los formales y muy visitados blogeros, que presumen de tener chorrocientos "seguidores".
ResponderEliminarAl único que sigo, y eso porque de verdad me gusta como escribe, es a Humberto Dib. Pero he de confesarte que no siempre comento en su blog, ya que siento que me pierdo entre tanto "seguidor".
Ya ves, todo tiene su lado bueno y malo.
Yo disfruto mucho tus "trogloditadas" y no me las pierdo por nada del mundo.
Sé moderrrno o no, pero nunca dejes de ser tú.
Con el cariño de tu mexicana tía: Doña Ku
¡Ah!, eso sí: mis 39 seguidores, primera tú, valen oro en polvo. De hecho sus obras de vida y de literatura son tan valiosas que me honran con sus visitas. Un abrazote, tía.
ResponderEliminarDario, tu fuerte es la exquisita prosa que tienes, la percibi en el primer comentario que me hiciste en mi blog, claro, parco, halagador mas no adulador, con una gramatica impecable, ahora que leo este post tuyo encuentro mas de lo mismo, tienes lo que yo llamo Savoir faire (clase) literaria, estare por aqui desatrasandome, Calido abrazo!
ResponderEliminarLuz Dary, gracias por las flores tan bellas que me regalas. Seguiremos leyéndonos con mucho interés. Un fuerte abrazo.
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