Con la boca colorá
“Con la boca colorá
No me vuelvas a besar
Pues no se que pueda hacer
Cuando me vea mi mujer…”
Boca colorá, macumbia, fusión de cumbia-mapalé de Pacho Zumaqué
A gatas me vi para explicarle a Doña Inés “del Alma mía, luz de donde el sol la toma……” el origen de la mancha de lápiz labial que un día aciago apareció en el cuello de mi camisa.
Sobra decir que gozo de la confianza inveterada de mi señora en cuanto a los posibles escarceos amorosos por fuera del sagrado vínculo se refiere, presunción de inocencia que me he granjeado, no tanto por su fe en mis atributos morales como por su certeza de mi falta de atributos físicos. Dicho de otra manera, en mi caso la virtud cardinal de la templanza no es una opción voluntaria de santo varón, sino la que más se aviene a mi escasez de recursos financieros y a mi poco agraciada apariencia. Lo cierto es que ella, con tantas cosas importantes que tiene para hacer, no pierde su tiempo en nimiedades. Pero la marca del pecado en cuestión era tan evidente que no pasó desapercibida a su confianza ciega (o casi ciega). De modo que como corresponde a un hombre respetable, no tuve más remedio que mentirle. Le dije que, en efecto, una de mis alumnas de la universidad no fue impermeable a mis encantos naturales, y al culminar la clase, después de haber salido del salón todos sus compañeros, me arrinconó para robarme un beso. Le aclaré a Doña Inés que al intentar hacerle el quite a los labios trémulos de la muchacha, la huella indeleble de la infamia quedó plasmada en el cuello de mi camisa como la letra escarlata de la novela de Nathaniel Hawthorne. Mi señora que no es muy dada a las referencias literarias para casos tan profanos, se quedó mirándome con incredulidad, de suerte que fue menester confesarle la verdad:
- Mi amor, esa mancha roja es del colorete de la tía Stellita, que me dio un beso de despedida después de haberla acompañado al banco para cobrar la pensión. -
créditos foto: www.flickr.com
Enganchada en la fluida redacción, e intrigada por el desenlace, concluyo que se trata de un simpático y brillante relato.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un abrazo.
¿Dónde termina la realidad y comienza la ficción?, He allí el misterio del asunto, querida Chela. Un fuerte abrazo.
EliminarAy sobrino, hombre tenías que ser! Los masculinos, por lo general, no son muy buenos para cubrir sus mentiras, ya que se estrellan con una circunstancia: "la intuición femenina".
ResponderEliminarContra dicha intuición muy dificilmente pueden disimular sus "pecadillos" o "salidas de tono", ¡siempre les caemos en la maroma", como decimos aquí.
No sé como sean las cosas en Colombia, pero aquí las mujeres en edad reproductiva y aún más maduritas, no ven pelo, ni tamaño, se lanzan contra todo lo que se mueve; estén casados o no. La culpa la tiene el exceso de féminas y la poca producción de hombres, sin contar con el lamentable aumento de gays (para acabar de fastidiar el asunto)
Así que hace bien doña Inés del alma tuya, en estar alerta, dicen que: "En la desconfianza reside la seguridad"
Recibe mi cariño de siempre de tu mexicana tía: DK
jajajaja, me voy a dar una vueltica por tu hermosa patria a ver que consigo. Además tu tierra es pródiga en belleza femenina. Un besote, tía.
EliminarEstimado Dario
ResponderEliminarEl 28 del cte. mi blog cumplió sus primeros 6 años!!!
y una amiga me envio este email que deseo compartir con Ustedes, porque es la esencia de mis sentires.
Ademas..... agradezco a cada uno de Ustedes sus visitas y amables comentarios que hacen posible que las energias se renueven.
Gracias por siempre estar !!!!!!!
Abu.
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El camino hacia la realización personal y la paz mundial son uno en lo mismo: preocuparse por los demás.
Pide no sólo para ti, sino para todos.
Toma no sólo para ti, sino para compartir.
Haz no sólo para ti, sino para el mundo.
(Gracias Tona)
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Se te ve muy concentrado en la imagen de cabecera con un telon de fondo imponente
Si, querida Martha. Dándomelas de fotógrafo... pero qué va....
EliminarAprovecho la ocasión para felicitarte por el cumpleaños de tu blog. Una estupenda lección de persistencia.
Caí aquí por casualidad!... Me ha encantado leer tu relato. Un aplauso prolongado.
ResponderEliminarMe quedo par aquí. Un saludo.
Gracias, Marina por tu visita y por tu generosa apreciación de estas bobadas mías. Eres siempre bienvenida a este espacio concebido para compartir con los ciudadanos de a pie de todo el mundo. Un fuerte abrazo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarjijiji
ResponderEliminarme encanta
y no se te descubre la verdad,
muy bellas palabras
y gracia en el escarceo,
un saludo
Gracias, MTeresa por tu visita y por tus comentarios tan generosos.
EliminarHayyyyyy como he disfrutado de tus líneas.
ResponderEliminarDignas de este dia soleado.
Debo de decirte que tu señora es una verdadera dama
Cariños