Los proscritos del Pesebre
(Las gallinitas de la patrona. Vereda Versalles, Boyacá, Colombia. Foto de H. Darío Gómez A. )
Acostumbrados como estamos los
colombianos al despojo, no andábamos preparados, sin embargo, para el destierro
de la mula y el buey del pesebre.
Perplejos recibimos el año pasado la noticia de un dogma papal que
conmina a los fieles a proscribir de tan hermosa tradición cristiana al par de
cuadrúpedos.
Si bien el evangelio de Lucas no da cuenta de la solidaridad animal que reconfortó con su aliento tibio al niño Jesús, el buen Francisco de Asís incluyó a la mula y al buey en su representación del nacimiento por considerar (con muy buen juicio) que tales animalitos son connaturales a un establo, es decir, al entorno humilde donde nació el portador de la esperanza cristiana. Quizás pretendió resaltar de esta manera la solidaridad de las bestias, que, a diferencia de la mezquina raza humana, dan todo sin esperar nada.
Y con el mismo espíritu de
alabanza al ámbito bucólico que rodeó al niño Jesús a su llegada al mundo, los americanos hemos
venido incluyendo en la escena sagrada los animales, personas y cosas que
identifican nuestra cosmovisión. Cuenta doña Elisa Mujica que en el siglo XVIII
María Amalia de Sajonia, esposa de Carlos III de España, difundió la devoción
franciscana por los nacimientos (que acá en Colombia llamamos pesebres) por
toda la madre patria, de donde saltó la costumbre a América, como era de esperarse. Los
primeros pesebres en llegar al nuevo mundo consistían en figuras de porcelana hechas en una fábrica de
Madrid (según refiere doña Elisa) pero luego, ante la imposibilidad de
reproducir las imágenes en porcelana, los “protopesebres” americanos tuvieron
figuras de trapo.
Posteriormente, como quien no
quiere la cosa, se fueron incorporando a nuestro pesebre elementos ajenos al
hecho evangélico del nacimiento, así como personajes adicionales a la sagrada
familia que, si bien exóticos, representan, como en los cuadros de los pintores
bucólicos, nuestras ilusiones y quebrantos.
De modo que en los pesebres colombianos encontramos indios en sus chozas, campesinos que abonan sus cultivos de maíz, chigüiros, gallinitas tragapiedras, jaguares de la selva tropical, osos de anteojos del bosque andino, en fin, personajes y animalitos que con mayor razón, bajo el criterio excluyente de Ratzinger (el Papa emérito) habrán de ser proscritos del pesebre, no obstante su tributo al nacimiento de la esperanza.
Sobre esta caprichosa bula papal, me confesó un amigo muy
devoto (amén de impecable constructor de
pesebres), que para cumplir con el precepto del Papa retiró con tristeza la mula y el buey del
nicho donde habita la sagrada familia y los puso en una explanada, muy lejos,
en la base del pesebre, como les pasa a nuestros desplazados por la violencia.
Pero
resulta que a la mañana siguiente ¡qué prodigio! encontró nuevamente al par de
animalitos junto al recién nacido.
“Eso debió ser cosa del niño” – me
dijo.
¿Del hijo tuyo?, - le pregunté.
“No, del niño Jesús que a despecho
de Ratzinger se siente muy a gusto con la mula y el buey”
Y yo que no creo en milagros,
pienso que así será, porque el niño Jesús (como todos los niños) prefiere la compañía de los humildes,
que siempre brindan con cariño lo único que tienen: el calor de la amistad.
Darío: Sentí muy larga tu ausencia, pero las buenas amigas siempre estamos aquí.
ResponderEliminarEspero que hayas pasado una linda Nochebuena en compañía de Doña Inés del alma tuya y tus hijos.
No sé que diría Ratzinger si viese que un loco británico hizo un nacimiento virtual con héroes de "La guerra de las galaxias". Hasta el niño Dios estaba con su espada de luces leds. ¡Que cosas!
Hace algunos años, mis hijos añadían luchadores, soldaditos y hasta a Hulk el hombre verde en el nacimiento. Eso sí, de que eran original mi nacimiento, ¡ lo era !
Que el próximo año te reciba con los brazos abiertos y que te trate de lo mejor, junto con los tuyos. Lo desea: Tu tía Ku
Llena tu mente de bellos pensamientos y deja que ellos trabajen en tu corazón, pintando un interior de simpatía, para que aflore en el espejo tus ojos la más bonita de las sonrisas.
Esta frase es una cajita de paz llena de alegría, para despedir el año envuelta con cariño, sellada con una sonrisa y enviada con un beso, para cada uno de mis amigos.
¡Brindemos por un 2014 lleno de esperanzas e ilusiones!! Un abrazo y un Chin, Chin...
Atte.
María Del Carmen