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Mostrando entradas de 2014

A la buena poesía también se llega por la mala poesía

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(Mujer rolliza de Botero en el Museo de Antioquia. Foto de H.D. Gómez A.) (Créditos foto: www.flickr.com) No recuerdo de quien es la máxima que da título al presente post , pero a mi pariente Rodrigo Peláez y al suscrito nos ha servido de pretexto   para tertuliar (si se admite el verbo) sobre lo cursi. En tal virtud, hemos recitado con mucha prosopopeya los versos de doña Amparo Canal de Turbay, epítome de la cursilería, nomás por el placer mezquino de contrastar sus rimas disparatadas, pongamos por caso, con los párrafos sublimes de un Robert Graves. En esta ocasión, y por pura falta de oficio en estos días decembrinos, Rodrigo trajo a colación un poemilla encontrado en un recorte de periódico del año 1942, cuando aún había desocupados que comentaban las noticias en verso. Para el caso que nos ocupa, los versos versan sobre un hecho de sangre (muy prosaico, por cierto) producto de los celos. Transcribo a continuación el aporte de Rodrigo a la tertulia de hoy.

En 2015 la cuestión será moverse

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(El peatón ascendiendo al nevado "Pan de Azucar" en la Sierra Nevada del Cocuy. Foto de Pacho Hernández) Essper dijo: "Yo he visto más cosas de las que recuerdo y recuerdo más cosas de las que he visto". Así pasa con los grandes viajeros. Sin embargo, coincido con R.L. Stevenson en que "la cuestión es moverse" Siendo así las cosas, deseo a los ilustres peatones que visitan este blog, un año 2015 muy movido. Un fuerte apretón de mano.

Peces antediluvianos

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H. Darío Gómez A. A pesar de la orden perentoria de Yahvéh Elohim, Noé, hombre justo y cabal, fracasó en su intento de salvar una pareja de peces, que, pudiendo nadar con pericia bajo el agua, murieron sofocados sobre el piso impermeable del Arca. Créditos foto: "El peatón en la Sierra Nevada del Cocuy", foto de Francisco Hernández

Botón de muestra del alumbrado 2014 en Medellín

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(Foto de H. D. Gómez. Alumbrado navideño sobre el río Medellín)

Fax

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Algo para no olvidar ese aparato que revolucionó las comunicaciones de los años ochentas del siglo pasado, y que a los ojos de los niños de hoy luce como un curioso anacronismo: el fax Por: Darío Gómez (1.994) Respetada Señora: Acuso recibo de su hoja de vida con foto enviada vía fax. No obstante, me pareció que el papel térmico se estremeció con el contacto tibio de sus labios. Yo nunca he confiado en esos aparatos y temo por su integridad. De modo que le ruego enviarme sus besos en original. créditos foto: www.flickr.com

El fútbol de potrero que yo recuerdo

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(juego de pinball, foto www.flickr.com) Nunca fui buen futbolista. Ni siquiera malo, porque aprendí a tiempo que las gambetas con la pecosa no eran lo mío. Sin embargo, esa deficiencia deportiva no mermó mi gusto (convertido luego en pasión de hincha) por el fútbol. Recuerdo que mi hermano mayor, desde niño, fue bueno para cualquier deporte que se pudiera practicar en potrero o pavimento, a saber: fútbol, béisbol o basquetbol. Quizás la recuperación milagrosa de una poliomielitis padecida en la infancia obligó a Sergio a demostrarse a sí mismo que podía ser mejor que cualquiera en la práctica deportiva a pesar de tener una pierna más delgada que la otra. Y así fue.   Recuerdo que me sentaba al borde de la cancha del Colegio Calasanz a mirarlo jugar fútbol, y veía cómo su pie acariciaba con ternura el balón, lo golpeaba suavemente para hacerlo avanzar   sobre  el terreno pelado, meterlo entre las piernas del contrincante sin que se le fuera demasiado lejos, como en un

Ruta 136 al servicio del servicio doméstico (notas de trabajo)

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Estas son mis notas para la crónica gráfica de una ruta de bus muy particular (aunque se trate de un servicio público), concebida únicamente para que las trabajadoras del servicio doméstico, o sea, particular, puedan llegar hasta las lujosas mansiones de Pinecrest , en el exclusivo sector de Coral Gables , donde prestan sus servicios a un público, hay que decirlo, igualmente particular. La ruta 136 sólo funciona de lunes a viernes, de seis y media a nueve de la mañana, con rumbo a las hermosas mansiones, vía Old Cutler Road . Es un servicio en el que (aparte del cronista circunstancial) todas sus usuarias son mujeres. Durante dicho horario, otras laboriosas mujeres aprovechan la ocasión para vender empanadas y café en la estación de salida Douglas Road Metro Rail Station . Es el rebusque (perdonen el colombianismo), es decir, la " solución ocasional e ingeniosa con que se resuelve una dificultad", según reza la segunda acepción del diccionario de la RAE. Aquí só

En el tren de seis, en el tren de seis......

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"Puedes irte, puedes irte cuando quieras puedes irte (...)" Claro está, si en Colombia hubiera tren. Pero los mezquinos zares del transporte por carretera nos negaron la posibilidad de un transporte eficiente de carga y el bamboleo encantador de un vagón, así sea de tercera. Taking the A Train (Fotos de Angela M. G`omez. La Florida) Entretanto, rodar sobre rieles ajenos para calmar mi pasión pueril por los trenes.

Los arroyos de Barranquilla

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Según la mirada de un náufrago bogotano "Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir" Jorge Manrique El Peatón cuenta que... Los arroyos son mitad calle y mitad río; son, digamos, la especie anfibia de las calles; o mejor, son ríos dormidos camuflados como calles. Son, en todo caso, los agentes secretos del río madre. Durante las lluvias equinocciales, las calles de Barranquilla recuperan su vocación acuática y se despierta en ellas un instinto fluvial como respuesta al llamado atávico de la corriente. ¡Pero cuidado! este fenómeno tropical no es tan inocente como parece; el río Magdalena cobra a sus afluentes temporales un tributo de vidas humanas. Se sabe que desde la época del naufragio de los bergantines de Don Pedro Fernández de Lugo son muchos los incautos que han sido víctimas propiciatorias de este tributo infame. Mediante tal artificio, el río madre ha reclamado para sí a conquistadores españoles, amas de casa apuradas, agente

Sopa de menudencias

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De mi recetario del rebusque Ingredientes: Un corazón acibarado, el hígado conservado en alcohol, los sesos extraviados y dos patas sin rumbo. ¿Agua? Muy poca. Elaboración: Se sazonan bien las menudencias con la sal de las lágrimas y luego se escancia más licor. A las dos horas uno se da cuenta de que la sopa se echó a perder, como tantas cosas en la vida. Entonces conviene encargar la comida a un restaurante Chino, y tragar enteras las galletas de la fortuna. créditos foto: www.flikr.com

¿A quién le interesa desalentar el uso del SITP?

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(Foto: www.flickr.com) (Foto de H. Darío Gómez A.)  Don Enrique Santos Molano, siempre tan acertado en sus opiniones acerca del transporte público en Bogotá, nos pone de manifiesto en su artículo de hoy en EL TIEMPO las bondades del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP por su sigla). Yo comparto su criterio en cuanto a la comodidad e higiene de los buses, la amabilidad de la mayoría de sus conductores y el hecho de no viajar espichado. Sin embargo, me aparto de su percepción idealizada en cuanto a la frecuencia “ puntualísima ” de ocho minutos. En efecto, como usuario frecuente del SITP he tenido que padecer un fenómeno que yo, malpensado como soy, atribuyo a la teoría de la conspiración.   Pareciera que los mismos operadores (a regañadientes) del sistema prestan deliberadamente un mal servicio para desalentar su uso por parte de los ciudadanos, con el fin mezquino de condenar al fracaso el modelo. Sucede que los usuarios del SITP, conocedores de las bonda