El fútbol de potrero que yo recuerdo
Nunca fui buen futbolista. Ni
siquiera malo, porque aprendí a tiempo que las gambetas con la pecosa no eran
lo mío. Sin embargo, esa deficiencia deportiva no mermó mi gusto (convertido
luego en pasión de hincha) por el fútbol. Recuerdo que mi hermano mayor, desde
niño, fue bueno para cualquier deporte que se pudiera practicar en potrero o
pavimento, a saber: fútbol, béisbol o basquetbol. Quizás la recuperación
milagrosa de una poliomielitis padecida en la infancia obligó a Sergio a demostrarse
a sí mismo que podía ser mejor que cualquiera en la práctica deportiva a pesar de tener una pierna más delgada que la otra. Y así
fue.
Recuerdo que me sentaba al borde de la
cancha del Colegio Calasanz a mirarlo jugar fútbol, y veía cómo su pie
acariciaba con ternura el balón, lo golpeaba suavemente para hacerlo
avanzar sobre el terreno pelado, meterlo entre
las piernas del contrincante sin que se le fuera demasiado lejos, como en un
juego de pinball, para recuperarlo incólume después del regate. Lo curioso era que el balón lo esperaba más adelante,
como obedeciendo las instrucciones de su amo, y entonces mi hermano llegaba en
tres zancadas desconcertantes para rozarlo nuevamente con el pie, se detenía intempestivamente
y pateaba ¡flap! con una potencia inverosímil, ya para sorprender al portero
mal parado en el arco, ya para colocar un pase impecable, como con la mano.
Hagan de cuenta un Garrincha en ciernes.
Así era el fútbol de potrero que practicaba mi hermano. Lo cierto es que anteayer, durante el partido de la selección Colombia contra el onceno de Eslovenia tuve la dicha de vislumbrar en nuestros jugadores ese fútbol juvenil y vistoso de potrero, que luce hoy como un hermoso anacronismo de muchachos de barrio, frente al fútbol eficaz practicado en la actualidad (como debe ser) por deportistas de alto rendimiento.
Gracias por esa dicha muchachos.
Lindo recuerdo compartes
ResponderEliminarMe llevas volando a años atras con mis tres varoncitos jugando al futbol,como bien sabesdeporte nacional je je
Hace años por aca quedaban muchisimos solares vacios (lamentablemente hoy ocupados) y los niños,luego jovenes tenian su canchita barrial
Que buenos tiempos!!!!!!
Ahora por la falta de seguridad no los puedes dejar solos
Cariños
Si señora. Ahora los niños no pueden jugar en las calles. Son esclavos de los Centros Comerciales y de internet.
ResponderEliminar