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Mostrando entradas de agosto, 2015

Simpatía por los pequeños timadores

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"Podemos llegar a tener, sin embargo, una concepción aceptable del asunto, si definimos, no la cosa en sí, el timo, sino al hombre como un animal que tima" Edgar Allan Poe, ("El timo considerado como una de las ciencias exactas") A riesgo de ser denunciado como apologista del timo por algún ciudadano decente, debo confesar que simpatizo con los pequeños timadores. Y conste en el acta que lo digo en mi condición de víctima del ilícito. Evidentemente no me refiero a los banqueros o a ciertos políticos, pues tales especímenes pertenecen a las grandes ligas del timo según lo denunció Edgar Allan Poe hace más de un rato. Hago referencia a los estafadores al detal, a los  “chichipatos”,  si se quiere, -para utilizar un adjetivo más coloquial-, quienes sólo cuentan con su creatividad como insumo para desempeñar el oficio. Ahora bien, ni siquiera estoy seguro de que el sujeto del cual les hablaré a continuación sea realmente un timador. Lo digo porque el

Décima del 13 de agosto

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(foto de Univalle) Ahora mismo se me ocurre que perdonar es don santo; olvidar no da pa' tanto cuando la ofensa recurre. El matón el bulto escurre al penal no comparece; y la verdad, me parece, será otra vez traicionada. Garzón, tu voz no apagada, es la vida, que renace. H. Darío Gómez A.

No es la realidad nacional, es sólo lucha libre!!!

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(foto: portal colombia) La luz vs las tinieblas, el yin y el yang, en fin, la dialéctica de la lucha libre, y, al final, la síntesis: como en los  westerns  de John Wayne, el bueno siempre gana. Así era antes. "Guía zurda de Bogotá VII". H. Darío Gómez A. De un lado están los técnicos, o sea, los buenos. Del otro, los rudos, es decir, los malos. Y en la mitad del ring , un juez venal que toma partido descaradamente por los rudos. No es la realidad nacional, es sólo lucha libre por relevos en el Palacio de los Deportes de Bogotá. Y ante ese maniqueísmo tan básico del espectáculo mexicano triple A, que sólo admite el bien y el mal, llama la atención que muchos asistentes le apuesten a los rudos. En la esquina   de los técnicos aparecen Aerostar y Ludxor  luciendo sus cuerpos atléticos enfundados en sendas capas impecables, pavoneándose ante un público femenino más bien apático. En la otra esquina, la de los rudos, se devela un obeso que dice l