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Mostrando entradas de 2018

Mi vieja Olivetti

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Es claro que no debemos desarrollar apego por los bienes materiales a riesgo de parecer mezquinos. Mas, hay algunas cosas, ciertos objetos inanimados que adquieren  por fuerza del uso que les damos una connotación especial en nuestro corazón.  Algo parecido al cariño. Eso pasa con los zapatos viejos, algún juguete de la infancia, una que otra prenda de vestir y, cómo no, para los nacidos hasta los años setentas del siglo pasado, pasa con  la máquina de escribir. (Foto de mi amiga la periodista Caro Herrera Farfán, quien comparte mi nostalgia por las máquinas de escribir) Para los adultos jóvenes de hoy (ni qué decir los niños y adolescentes), la máquina de escribir es un curioso anacronismo del que no vale la pena ocuparse. Sin embargo a nosotros, los adultos de edad mediana, la máquina de escribir siempre nos suscitará una enorme simpatía. Tal le pasó a  mi amigo Pacho, quien me envió hace unos días la foto de una máquina de escribir que encontró en la oficin

Peatón en la laguna grande de la Sierra

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Foto de Francisco Hernández, julio de 1987

Viaje a Estigia

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Por: H. Darío Gómez A. -¿Es su primer viaje interplanetario?- Preguntó el hombre de negocios al anciano sentado a su lado en la sala de espera sideral. -Sí, una pesadilla -suspiró el anciano,- Plutón es el peor destino, hubiera preferido Marte, que al menos es más cercano y habitable en la superficie con el traje adecuado, según dicen. -No se haga mala sangre, señor, la vida en la estación espacial de Estigia, el satélite de Plutón, es tan confortable como la nave de lujo que nos va a transportar. Además, con los adelantos tecnológicos hemos reducido el viaje desde la tierra, de nueve años a seis meses, algo impensable hasta hace muy poco. -Permítame que no comparta su optimismo. A mi edad, el nombre “Estigia” no deja de ser inquietante, usted comprenderá. -Veo que es conocedor de la mitología griega. -En efecto, como sabrá, el río Estigia separa el mundo de los vivos del de los muertos. -No piense en eso, caballero –tranquilizó el hombre de negocios,- esto

EL PEATÓN: Misa de seis p.m. en La Candelaria (de pequeñas na...

EL PEATÓN: Misa de seis p.m. en La Candelaria (de pequeñas na... : (Iglesia de La Candelaria, Bogotá. Foto de www.bogotatravelguide.com) El Peatón cuenta que… Aunque no soy un hombre religioso, m...

Jitanjáfora electoral

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Comparto con ustedes esta jitanjáfora escrita a propósito de la próxima jornada electoral Vayan a cotar en voro por el cabo prondidato; que mor ví gote hasta el pato pa` delener un buen tegado. No voperdicien su desto catableciendo a los rescos; no belijan a reellacos o su seto vorá perdido. (Traducción libre del esperanto arcaico vociferado en las tierras boreales del trópico austral) Vayan a votar en coro por el probo candidato; que por mí vote hasta el gato pa´tener un buen delegado. No desperdicien su voto restableciendo a los cacos; no reelijan a bellacos o su voto será perdido.

“En el mar no hay ateos, dice un viejo refrán de marinos”

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(Créditos foto: autorretato del peatón en una playa ignota) ¿Qué mueve a un ser humano, animal terrestre por naturaleza, a abandonar la seguridad de la tierra firme para sumergirse durante semanas en la profundidad del mar a bordo de una saeta metálica?   No hay respuestas concretas. Ni siquiera los análisis de los sicólogos organizacionales las prefiguran. Sin embargo mi amigo, el Capitán de Navío Jorge Prieto Diago, excomandante de la flotilla de submarinos de la Armada Nacional,  esboza una conjetura en el párrafo final de su interesante artículo (de donde tomo el título de esta entrada) acerca del infortunado siniestro del submarino argentino ARA San Juan, que comparto con los ilustres visitantes de la Pata al Suelo. En el siguiente enlace encontrarán la publicación: http://agendadelmar.com/noticias/submarinos--entre-el-riesgo-y-la-emocion/802

Acerca de la obsolescencia programada

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En un mundo presa de la interinidad, lo único que nos faltaba era la entelequia de la obsolescencia programada. Hoy resulta que los dueños de la tecnología nos la venden por un tiempo fugaz. Ya no basta con ser cuidadosos con el celular, forrarlo con una carcasa y un vidrio anti rayones que lo protejan de los golpes del destino, en fin, de la ira de Dios o la rapidez de los ladrones. Ahora sucede que los adminículos que nos facilitan la vida diaria vienen de fábrica con su vida útil programada para obligarnos a consumir más, a ensuciar más el mundo con tanta basura tecnológica. Conque un día nos levantamos y ¡pop! el celular no prende, la impresora no imprime, el agua para el café no hierve. Y entonces nos percatamos (con frustración digna de mejor causa) de que no sirvió para nada tanto esmero en el cuidado de las cosas. Su destino ¡qué digo destino! su muerte ya estaba prefigurada por los dioses ubicuos y mezquinos de la tecnología. No es el fin del mundo, no. Es la certeza

Preámbulo a las instrucciones para cargar el celular

Les comparto esta divertida paráfrasis del “preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj”, de Julio Cortázar, escrita y leída por el realizador de Cine y Televisión Alejandro Gómez, donde trae a valor presente nuestra absurda dependencia de ese adminículo, que ahora no es el reloj sino el inefable teléfono celular.  Preámbulo a las instrucciones para cargar el celular Por: Alejandro Gómez Bedoya Piensa en esto: cuando te regalan un celular te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el celular, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, gringo con las últimas aplicaciones; no te regalan solamente ese menudo rectangulito que cargarás en el bolsillo y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que unir a tu cuerpo como un alterego desesperado

¿Qué va del caballeroso Dr. Jekyll al horroroso señor Hyde?

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Ayer nada más celebrábamos el ingreso del colombiano Yerry Mina al Barca, uno de los mejores equipos profesionales del mundo. Resaltábamos asimismo la historia de vida de Mina como ejemplo de trabajo, disciplina, en fin, de valores dignos de imitar. Hoy tenemos que registrar con vergüenza ajena el comportamiento inaceptable de otros colombianos de la Selección Colombia y jugadores del Boca Juniors, Edwin Cardona y Wilmar Barrios, acusados (ya confesos) de agredir a dos mujeres en Buenos Aires. ¿Que va de Yerry Mina a Cardona & Barrios? No en lo futbolístico, por supuesto, ya que todos son extraordinarios jugadores, sino en su comportamiento personal. ¿Cómo explicar ese contraste endémico en Colombia, esa bipolaridad que nos llena de orgullo por una parte y nos avergüenza por la otra? No soy nadie para juzgar; cada cual es uno y sus circunstancias (como dijo Ortega y Gasset), pero tengo para mí que la diferencia está cifrada en los valores inculcados con el ejemplo en el e

Mujer, ¿cuál es tu red?

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Mujer, ¿cuál es tu red? I. La mujer en la red II. Mujer atrapada en la red III. Red de la mujer IV. Mujer que tiende la red V. Mujer vestida con red Mujer, ¿cuál es tu red? I. - La mujer en la red Mujer visible en el ciberespacio Mujer disponible para la ciencia y para las letras Mujer excluida de la red Mujer emprendedora en la red Mujer disponible en la red para el amor con amor o sin amor Mujer, ¿cuál es tu red? II. - Mujer atrapada en la red Mujer que cayó en la red de trata de personas Mujer víctima de la red de mercaderes del cuerpo Y del alma Mujer atrapada en la red de mentiras Mujer que se sobrepuso al aparejo tejido con el ardid Y la autocompasión Mujer, ¿cuál es tu red? III.- Red de la mujer Red de solidaridad con la mujer vulnerable Y vulnerada Red de amigas para matar el tiempo Red de espionaje a los maridos Red de contrabandistas de sueños Red de apoyo a las causas sin futuro Mujer, ¿cuál es tu red? IV. - Mujer que tiende la red Mujer que echa la red al agua para