tag:blogger.com,1999:blog-8497142508413500286.post1694356431528073273..comments2023-03-30T05:34:52.772-07:00Comments on EL PEATÓN: Recetario del rebusque VIH. Darío Gómez A.http://www.blogger.com/profile/01641339419729496228noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-8497142508413500286.post-29478141972898426472010-07-29T16:53:12.011-07:002010-07-29T16:53:12.011-07:00La Tristeza (tres)
Cuando María volteo, se encontr...La Tristeza (tres)<br />Cuando María volteo, se encontró con una dulce mirada en la que se adivinaba compasión, era una mujer joven y bien vestida, de la que emanaba una agradable olor, como de cítricos y flores. Le dijo: - ¿Ya comió señora? -, ella enrojeció al adivinar que la mujer le había visto deseando la comida tras los cristales, pero la sorpresiva pregunta la tomó desprevenida y sólo alcanzó a mover negativamente la cabeza, - venga-, le dijo, y abriéndole la puerta del restaurante, la hizo pasar. Ella entró y se quedó parada frente a una mesa vacía, la mujer le señaló una silla y le indicó que se sentara, cuando lo hizo los ojos de muchos comensales estaban fijos en ellas, María adivinó la hostilidad, tal vez pensaban que aquella joven y bien intencionada mujer se había vuelto loca, ¡ cómo era posible que intentara que aquella desarrapada con un chiquillo a la espalda, se sentara a comer donde ellos lo hacían !.<br />Para salvar la situación, uno de los meseros dirigiéndose a la chica le dijo: - ¿quiere que le demos algo para llevar a casa?, y antes de que la aludida protestara, María dijo: -si-.<br />Mientras esperaban, Juanito se despertó y vio extrañado a su alrededor, - ¿cómo se llama su niño? -, volvió a enrojecer y contestó: - Juan -, -es muy lindo-, -gracias-. El niño súbitamente tomó un dedo de la mujer y María se apresuró a soltarlo, -no, déjelo-, dijo ella, y ante su estupor, notó que sus hermosos ojos se llenaban de lágrimas, se sintió incómoda y sin saber que hacer, pero afortunadamente el mesero había regresado con el paquete de comida. <br />Salieron nuevamente a la calle, la chica le alargó el paquete y puso entre sus manos unos billetes, entonces hubo un pequeño lapso en el que sus miradas se cruzaron y pudieron ver que entre ellas había una increíble similitud, ya que las hermanaba el sufrimiento.<br />María dio las gracias a su benefactora y caminó desconcertada hacia su esquina.<br />No podía quitarse de la mente aquellos bellos ojos transidos de dolor. <br />De manera qué, no era la pobreza, ni la necesidad, ni el haber sido violada a los catorce años, ni el haber perdido a dos hijos nonatos , ni el sentir hambre, ni el vivir en ese infierno de la ciudad, las únicas fuentes de tristeza. Esa hermosa chica que parecía tenerlo todo, estaba sufriendo y tal vez más que ella. Sintió compasión por la desconocida, pero también un extraño calor, que le decía que, después de todo, no toda la gente que pasaba a su lado estaba muerta, que algunas VIVÍAN y sufrían y sentían pena por los demás.<br />Ya no le pareció tan hostil su esquina, ni tan fuerte el dolor de piernas, ni tan insoportable el peso de su hijo, que nuevamente dormía a su espalda. Se sentó, guardó las pelotas, destapó aquel inesperado regalo, y con un dulce calorcito en el corazón, comió con deleite, mientras veía pasar los coches frente a ella.<br />DKDora Kuhttps://www.blogger.com/profile/18400779670310040168noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8497142508413500286.post-45749168564950893212010-07-29T10:09:47.400-07:002010-07-29T10:09:47.400-07:00Tía Ku, ¡cómo van a incomodarme tus comentarios!. ...Tía Ku, ¡cómo van a incomodarme tus comentarios!. Antes bien enriquecen el humilde espacio del peatón con los aromas frescos de tu casa. Fíjate como los esquineros de méxico son nuestros mismos rebuscadores de los semáforos. En mi último post "oficios varios y otros varios oficios II" encontrarás una semblanza de algunos. Un abrazo.H. Darío Gómez A.https://www.blogger.com/profile/01641339419729496228noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8497142508413500286.post-57217416826154025602010-07-26T16:51:35.088-07:002010-07-26T16:51:35.088-07:00Darío : Con que gusto espero tus agradables y muy ...Darío : Con que gusto espero tus agradables y muy amenos comentarios, para mí son como (espero no te incomode) un aperitivo dulce que se paladea de a poquito, esperando que no se termine pronto.<br />Pues ahí te va la segunda parte de mi relato:<br />La tristeza (dos)<br /><br />Apuró el paso, tenía que llegar a la hora de mayor tránsito, cuando los automovilistas se dirigían a sus trabajos o a llevar a sus hijos a la escuela.<br />La saludó un día gris, no era como el anterior, que había estado caluroso y soleado, respiró con alivio, pensando que por lo menos no lo pasaría llena de calor y con el deseo de tomar agua a cada momento, lo mismo que su bebé.<br />Al llegar a la esquina, que le costaba veinte pesos al día, procedió a sacar de su bolsa cinco pelotas de goma, al principio le había costado mucho trabajo mantenerlas al aire, pero con el tiempo aprendió a manejarlas con maestría.<br />Su rutina consistía en esperar el alto del semáforo y ponerse frente a los autos mientras estaban detenidos, aventar las pelotas al aire y formar una círculo continuo.Tenía calculado el tiempo que duraba la señal de alto para hacer su número y luego pasar a pedir unas monedas entre los conductores, algunos le alargaban cincuenta centavos y otros un peso, pero había quienes cerraban sus cristales cuando veían que se acercaba, sin embargo no se daba por derrotada, pensaba que apenas eran las siete de la mañana y que tenía tiempo para reunir una buena cantidad.<br />A las dos de la tarde se sentó, las piernas le ardían y sentía que le partían la espalda. Cuando contó las monedas recudadas vio que no le alcanzaba ni siquiera para la cuota que tenía que pagar por el "privilegio" de trabajar en esa esquina, su hijo había cosumido parte de lo recaudado, pues había tenido que comprarle galletitas dulces y un plátano para calmar su hambre, pero ella sufría espasmos en el estómago de tanto que deseaba comer.<br />De pronto le embargó una gran desesperanza mientras veía pasar a la gente con rostros indiferentes, completamente ajenos a sus drama. Para colmo de sus males, una llovizna nutrida la obligaría a refugiarse en la acera de enfrente.<br />Corrió presurosa para evitar que se mojara su hijo y se detuvo frente a un restaurante que tenía un alero para atajar la lluvia. Por el enorme cristal vio a varias personas comiendo deliciosas viandas, se le hizo agua la boca y por un momento se imaginó que descansaba sus adoloridas piernas sentada en una cómoda silla, mientras se deleitaba con esas exquisiteces. El tono autoritario del hombre que controlaba a los "esquineros" (los que trabajaban en las esquinas) la sacó de sus sueño: -¡órale, a trabajar!-, obedeció automáticamente, dirigiéndose nuevamente a su esquina, pero mientras esperaba la oportunidad para atravesar, sintió que se posaba una suave mano en su hombro.<br />Con cariño: La tía KuDora Kuhttps://www.blogger.com/profile/18400779670310040168noreply@blogger.com