A la buena poesía también se llega por la mala poesía

(Mujer rolliza de Botero en el Museo de Antioquia. Foto de H.D. Gómez A.) (Créditos foto: www.flickr.com) No recuerdo de quien es la máxima que da título al presente post , pero a mi pariente Rodrigo Peláez y al suscrito nos ha servido de pretexto para tertuliar (si se admite el verbo) sobre lo cursi. En tal virtud, hemos recitado con mucha prosopopeya los versos de doña Amparo Canal de Turbay, epítome de la cursilería, nomás por el placer mezquino de contrastar sus rimas disparatadas, pongamos por caso, con los párrafos sublimes de un Robert Graves. En esta ocasión, y por pura falta de oficio en estos días decembrinos, Rodrigo trajo a colación un poemilla encontrado en un recorte de periódico del año 1942, cuando aún había desocupados que comentaban las noticias en verso. Para el caso que nos ocupa, los versos versan sobre un hecho de sangre (muy prosaico, por cierto) producto de los celos. Transcribo a continuación el aporte de Rodrigo a la tertulia de h...