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Mostrando entradas de junio, 2015

Guía zurda de Bucaramanga I

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(Foto de H. Darío Gómez A.) Arrellanado en la cama de mi cuarto de hotel, el "Chicamocha", por más señas, disfruto la lectura de la guía turística de Santander editada por Cotelco, después de una jornada extenuante de seis horas de conferencias sobre Seguridad Social en la Cámara de Comercio de Bucaramanga. El ejercicio me resulta agradable, pues soy amante de “las bravas tierras de Santander” , como dice la canción de Jorge Villamil, y además el destino me ha permitido recorrer un pedacito de cada una de sus seis gratas provincias.   Sigo hojeando la revista de Cotelco para encontrar fotos de los atractivos turísticos de Bucaramanga y su área metropolitana. Veo modernos edificios, puentes extra largos, parques temáticos con "Santísimos" y sin ellos, en fin, formidables obras de arquitectura e ingeniería que adornan la Ciudad Bonita y demuestran su pujanza. Y claro, en las fotos de sus lujosos hoteles y centros comerciales, gente igualmente bonita y elegante

Gardel, enorme!!!

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(En Homero Manzi, Medellín. Foto de Alejandro Gómez) Un día como hoy, hace ochenta años, voló definitivamente de este mundo terrenal el más grande cantor de tango, para instalarse en la gloria sempiterna de los grandes. Acaso fue la suerte que es "grela" (mujer, según el lunfardo del tango "Yira" de Discépolo) que, enamorada de Gardel, se lo llevó de Medellín directo a sus aposentos. Acá lo recordamos cantando la estupenda canción de "Discepolín"

Exaltación de la “masculinidad” en Palonegro

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“Más se perdió en Palonegro”  adagio popular Hay en el aeropuerto de Palonegro, situado en el municipio de Lebrija (Santander), que presta servicios a la ciudad de Bucaramanga, un obelisco erigido en honor a los héroes de la batalla de Palonegro. Se trata de un monumento discreto que pasa desapercibido a los viajeros (siempre afanados por alcanzar un vuelo) que llegan al aeropuerto en automóvil de servicio público o particular. Conque, salvo algunos funcionarios del terminal, ciertos taxistas en espera de pasajeros y uno que otro viajero desocupado, como el suscrito, nadie repara en la placa conmemorativa de la batalla en cuestión. Son las cuatro de la tarde (mi vuelo saldrá a las cinco y media) y ante nada mejor que hacer después de haber registrado mi viaje y leído hasta los avisos clasificados del diario local, decido salir a mirar el obelisco. Soy de una generación pre tecnológica que limita a lo estrictamente necesario el uso de los dispositivos electrónicos

Pequeño homenaje a un gran batallador: Wile E. Coyote

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Hastiado de nuestra absurda cotidianidad plagada de barbarie y corrupción, hago un paréntesis caricaturesco, terapéutico y banal, si se quiere, para rendirle el homenaje que le debo hace tiempo al enorme Wile.   Desde que se inventaron las ventas por catálogo, no conozco un consumidor más sufrido que el pobre Wile E. Coyote de la famosa caricatura de Warner. Sin embargo, esta víctima propiciatoria del consumismo insensato mantiene una fidelidad a prueba de balas a los productos de la Corporación ACME. Lealtad digna de mejor causa, pues los artificios de esa inefable marca han demostrado ampliamente su ineficacia (sobran pruebas), y lo peor, se han constituido en una fuente inagotable de peligro para la integridad del usuario de marras. Tan extraño caso amerita un estudio enjundioso por parte de algún gurú del arte de fidelizar clientes. Pero esa es otra historia. Ahora bien, si pudiéramos volver a clasificar a este cánido cándido en la zoología caricaturesca, no lo llamarí

Pequeña narración intrascendente que cobra vigencia de cara a las elecciones territoriales

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El Peatón cuenta que…. Estando una vez en El Yopal por razones de trabajo, un funcionario del Hospital me invitó a conocer el Parque Natural  La Iguana  ubicado a orillas del río Cravo Sur. Unos metros antes de la entrada encontramos un aviso donde se leía: “SE PROHIBE VOTAR BASURA EN ESTE LUGAR. MULTA DE $300.000 CONVERTIBLE EN ARRESTO. Alcaldía Municipal” Mi acompañante me hizo notar lo que a su juicio era un lamentable error de ortografía, pues no se escribe “votar” sino “botar”, tratándose de la basura, y me dijo que era preciso corregir el aviso para no sentir vergüenza ajena. Yo le contesté que a mí, en cambio, me parecía una valiente -aunque involuntaria y algo drástica, si se quiere- medida del Alcalde para conminar a la ciudadanía a ejercer su derecho democrático al voto por candidatos probos y limpios en lugar de hacerlo por la misma basura de siempre. Y todo aquel que vote mal, pues que “chupe” por bobo. Finalmente ambos estuvimos de acuerdo.