Soneto esdrújulo para el señor Fiscal




Néstor el bárbaro obró sin mérito
Al esconder la única prueba del ser.
Fiscal auténtico con rabo emérito
Ocultó con éxito su proceder.

Acalló a Pizano, testigo enérgico
Y quedose extático el señor Merchán.
Triunfó su olímpico pecado herético,
Tragose el piélago su Moreno edecán.

Y no hay un Lázaro, por más resúcito,
Ni un barítono por filarmónico
Que cante en contra del Fiscal solícito.

La impunidad, enfermedad endémica,
Confundió al buen Diógenes con Odebrecht.
¡Ay! justicia ciega y por demás anémica.

H.Darío Gómez A.

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