Canción de la polilla
Vivo en el armario del hombre, trabajando su perdición.
Me alimento con la ropa que disimula su falible coraza
y con los trajes que ocultan su alma hecha jirones.
Soy el artesano del agujero y el promotor del parche,
el terror de los pliegues invisibles donde se esconden
los humores de la dicha y del espanto.
Soy el mensajero que anticipa la ruina con discreción roñosa,
con la demora de quien, inmune a la naftalina, disfruta el daño infligido
deshaciendo, hebra por hebra, las costuras de la existencia.
Me alimento con la ropa que disimula su falible coraza
y con los trajes que ocultan su alma hecha jirones.
Soy el artesano del agujero y el promotor del parche,
el terror de los pliegues invisibles donde se esconden
los humores de la dicha y del espanto.
Soy el mensajero que anticipa la ruina con discreción roñosa,
con la demora de quien, inmune a la naftalina, disfruta el daño infligido
deshaciendo, hebra por hebra, las costuras de la existencia.
(Foto de JMRobledo, www.flickr.com)
Peatón, con tu hermoso poema que llama a la reflexión, me has traído a la memoria el siguiente pasaje de Mateo 6:19 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan".
ResponderEliminarNo somos nada, Lola, como dice el poeta.
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