Alabanza de las hermanas

(Mis hermanas. Foto familiar) (La criatura, o sea yo. Foto familiar) Soy lo que soy gracias a mis hermanas. Lo cual no habla muy bien de ellas. Con todo, aceptemos que lo rescatable en mi humanidad se debe a su presencia en mi vida, y lo demás, digamos, mi lado oscuro, se debe más a mi proclividad a los porrazos que a sus buenas intenciones, aparte, claro está, de la malacara que tenemos los Gómez Ahumada. Pero ese es un atavismo harto difícil de superar. Y es que las hermanas suplen con frecuencia la ausencia de la madre, más aún cuando sus hermanos, como en mi caso, han sido amigos tempraneros de los apósitos y las férulas que alivian las lágrimas producidas por las caídas de la infancia. Ellas estuvieron presentes entonces, y lo seguirán estando ahora que los porrazos son de otra índole, más metafísica quizás, pero porrazos al fin y al cabo. Es como si su hermosa condición de mujeres las indujera a extender de manera vitalicia su instinto protec...