Dimisión liberadora
Para iniciar el 2013 resolví liberarme de algunas ataduras que, si bien me brindaron en su momento muchas satisfacciones, con el tiempo se convirtieron en obligaciones de hacer (como reza el código civil), desvirtuando así la naturaleza libre y espontánea del opinador de pata al suelo. Una de ellas se refiere a un blog en una reconocida revista de opinión. He aquí mi carta de dimisión:
Señor Editor:
Hace un par de años un amigo periodista me invitó a escribir una entrada (o "post" que llaman) en esa prestigiosa revista virtual, pues consideró que podría ser interesante que un ciudadano pedestre manifestara de manera más o menos coherente, no exenta de imaginación y sin errores de ortografía, las inquietudes diarias que asaltan a sus congéneres de pata al suelo. El blog, creo yo, es como una tribuna donde el lego puede escribir lo que piensa, responsablemente pero con cierta libertad creativa, es decir, sin las férulas del manual de estilo y la censura. Al ser un opinante aficionado y sin paga, el bloguero, al igual que las empleaditas domésticas, goza de la libertad de quedarse o partir sin aspavientos ni causar perjuicios a la patrona con su pequeño matalotaje que cabe en una cajita de cartón amarrada con cabuya.
A mí, francamente, me da mucha pereza cumplir los requisitos exigidos por la revista para continuar escribiendo en el espacio de los blogueros, entre otras cosas porque no uso celular cuyo número me exigen, carezco de cuenta de Twitter y lo peor: soy proclive a la digresión, de modo que al escribir la biografía solicitada sería imposible limitarme a los 500 caracteres, ya que no podría omitir mis recuerdos de infancia en el colegio Calasanz, donde la señorita Teresa me pegaba con una regla en la mano izquierda por el hecho, acaso siniestro, de ser zurdo. Tampoco podría limitarme a escribir únicamente sobre dos temas, porque esta cosa inasible y refractaria al entendimiento que conocemos como "la vida diaria" tiene múltiples manifestaciones difíciles de constreñir en un par de mínimos comunes denominadores. Estoy entre los que piensan que los ciudadanos deben tener espacios de expresión en los medios para exorcizar sus angustias y frustraciones, aun a riesgo de que les corten el chorro al aire, les editen la "city cápsula" o les borren el comentario.
Así las cosas, declino respetuosamente su invitación, ahorrándole de paso el trabajo de leer detenidamente mis textos que seguramente no se ajustarán a los nuevos lineamientos editoriales.
Con sentimientos de consideración y aprecio, me despido con un fuerte apretón de mano.
Darío Gómez
El peatón
Hace un par de años un amigo periodista me invitó a escribir una entrada (o "post" que llaman) en esa prestigiosa revista virtual, pues consideró que podría ser interesante que un ciudadano pedestre manifestara de manera más o menos coherente, no exenta de imaginación y sin errores de ortografía, las inquietudes diarias que asaltan a sus congéneres de pata al suelo. El blog, creo yo, es como una tribuna donde el lego puede escribir lo que piensa, responsablemente pero con cierta libertad creativa, es decir, sin las férulas del manual de estilo y la censura. Al ser un opinante aficionado y sin paga, el bloguero, al igual que las empleaditas domésticas, goza de la libertad de quedarse o partir sin aspavientos ni causar perjuicios a la patrona con su pequeño matalotaje que cabe en una cajita de cartón amarrada con cabuya.
A mí, francamente, me da mucha pereza cumplir los requisitos exigidos por la revista para continuar escribiendo en el espacio de los blogueros, entre otras cosas porque no uso celular cuyo número me exigen, carezco de cuenta de Twitter y lo peor: soy proclive a la digresión, de modo que al escribir la biografía solicitada sería imposible limitarme a los 500 caracteres, ya que no podría omitir mis recuerdos de infancia en el colegio Calasanz, donde la señorita Teresa me pegaba con una regla en la mano izquierda por el hecho, acaso siniestro, de ser zurdo. Tampoco podría limitarme a escribir únicamente sobre dos temas, porque esta cosa inasible y refractaria al entendimiento que conocemos como "la vida diaria" tiene múltiples manifestaciones difíciles de constreñir en un par de mínimos comunes denominadores. Estoy entre los que piensan que los ciudadanos deben tener espacios de expresión en los medios para exorcizar sus angustias y frustraciones, aun a riesgo de que les corten el chorro al aire, les editen la "city cápsula" o les borren el comentario.
Así las cosas, declino respetuosamente su invitación, ahorrándole de paso el trabajo de leer detenidamente mis textos que seguramente no se ajustarán a los nuevos lineamientos editoriales.
Con sentimientos de consideración y aprecio, me despido con un fuerte apretón de mano.
Darío Gómez
El peatón
Darío: Sinceramente a mi me pasa que, una vez liberada, difícilmente me ato a nada que no sea mi personal y diaria limpieza, mis sagrados alimentos y la cotidiana lectura del libro en turno.
ResponderEliminarAsí que te felicito por tan sabia decisión.
No obstante por ahora me siento algo atada, debido a la visita de mi nieta y su "Firarcito" (se llama firat, pero mi nieta le dulcificó el nombre, para peor, digo yo_)
Pero no cambio por nada, a pesar de casi no poder entrar a internet y tener que hacer a un lado mis actividades, por el soplo de vida que me dan el par de chicuelos, ¡viva la juventud!
Por ahora me limito a seguirles el paso, cosa maratónica, y a ver como se enojan y reconcilian casi instaneamente.
Así que te dejo mis saludos y mi deseo porque este año sea de paz, salud y añor, para ti, doña Inés del alma tuya y tus herederos.
Abrazos de tumexicana tía: Doña Ku
¡Gracias por tu saludo de año nuevo!,tía. Importante iniciar el año con buena energía. Házme el favor de disfrutar al máximo la dulce compañía de tu nieta y su encantador Firarcito. Besos.
ResponderEliminarBuen paso y magnifico alegato, donde el "sin faltas" me hizo sonreir, especialmente en estos momentos que hasta los mensajitos de celular son t q m o cosas asi ja ja!!
ResponderEliminarOh barbaridad en un examen que participo una amiga de mi nieta en Idioma Español les dijeron que no iban a tener en cuenta las faltas Y ESTABAN YA EN SECUNDARIAAAAAAAAA
A mi se me cayo la mandibula!!!!!!
A mi tia le ataban la mano a la espalda, que épocas, mi nieta mayor es zurda y lo vive libremente!!!!
Eso si me apenan todos aquellos que te podrian leer y avanzar en las buenas manera.
Cariños
jajaja, si, querida Martha. Yo seguiré siendo zurdo hasta el tuétano. Un abrazote y felíz fin de semana.
Eliminarquerido amigo en buena hora tu opción, nada como la expresión libre del pensamiento ,buen año a ti y familia....
ResponderEliminarAunque restringida, estimada Amalia, la de pensamiento es por ahora una de las pocas libertades que nos queda por estos lados. Un fuerte abrazo.
EliminarRecibo las madreselvas con el sentimiento de aprecio que merece tu deferencia, querida María del Carmen. Un fuerte abrazo.
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