Optimismo

De cara a la defensa de la JEP, ratifico mi optimismo. 

Por H. Darío Gómez A.
Nadie se llame a engaño: “no hay almuerzo gratis” según los economistas neoliberales, y “el hombre es un lobo para el hombre” sentenció Hobbes hace más de un rato. Pareciera que hoy solo están vigentes las leyes del utilitarismo, pero lo importante no es la ley sino sus herméticas excepciones, sus exiguas confirmaciones que son como pequeñas gotas de esperanza.
Ocurren a veces incidentes generosos que no corresponden al azar ni a la gazmoña caridad del poderoso, de modo que uno se reconcilia con la raza humana. Todavía hay gente que extiende su mano generosa al condenado y quien escucha con interés (no bancario, desde luego) al que le negaron el crédito de sus palabras. Uno se conmueve con los proyectos para colorear los mapas del despojo, no con la sangre de sus hijos, sino con frutas y hortalizas para mitigar su hambruna inveterada. Ojalá sean realizables estas buenas intenciones conforme a las promesas de campaña del gobierno de turno, aún a pesar de los violentos enemigos de la paz.
Planta exótica es la paz por estos lares, pero hermosa cuando florece. Y cuando eso pasa, se trasluce en el horizonte un arrebol que conjetura la Arcadia extraviada en las antípodas de la guerra. Hoy amanecí optimista.
 HDGA

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cien años del barrio San francisco Javier de Bogotá, AMDG

De Boyacá en los campos… el tejo, nuestro deporte nacional

Juego de palabras