Soneto de la mujer que mira un buque zarpar


(Castillo de Salgar, Puerto Colombia. Foto cortesía de  www.flickr.com)

(Por H. Darío Gómez A.)

Eterno viajero de cabotaje
Atracaste a salvo en mi ensenada,
Tu buque ancló pacífico en la rada
Merced a mi abrigo del bravo oleaje.

No estaba yo para extraviar tu viaje,
Ni aun  para dilatar tu partida,
Pero me empeñé en orientar tu vida
Hacia los confines de mi paraje.

Mas, tu destino estaba en otro puerto
Y con fácil billete de regreso
Dejaste al partir mi corazón yerto.

¡Oh dulce melancolía de tu ausencia!
Dolor por saber tu recuerdo muerto.
¡El olvido es de la soledad esencia!

Comentarios

  1. Cuantas despedidas en los puertos, de buques que parten hacia otras orillas oceánicas, cuantas lágrimas ahogando sentimientos y angustias, cuantas partidas sin regreso.¡Cuantos olvidos irremediables!. Este es el recuerdo que tengo de la emigración en mi infancia.

    Un afectuoso saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bellísimas y muy sentidas tus palabras, querida Chela. Cómo se nota que vives junto al mar. Un cariñoso abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cien años del barrio San francisco Javier de Bogotá, AMDG

De Boyacá en los campos… el tejo, nuestro deporte nacional

Bulevar Niza cambió sus gratas terrazas por más locales comerciales